viernes, 17 de septiembre de 2010

Madrugada del 17 de Septiembre.

Skinny, all these voices singing skinny, all my monsters singing skinny...
Hoy me he sentido realmente acomplejado con mi cuerpo. Ha sido mi primer día de clase.
Llegué a segunda hora, a la clase de filosofía. Al pasar por la puerta sentí como 31 miradas se clavaban en mí. Yo no me atreví a mirar, estaba realmente asustado. Sólo pude ver a unos pocos chicos y chicas por el rabillo del ojo, y eran todos realmente guapos, delgados, perfectos.

Me senté en tercera fila, el único sitio que había libre. Junto a un chico delgado, guapo también. Tenía el pelo marrón, llevaba una camiseta de Pull and Bear de esas tan coloridas y con letras incomprensibles, unos pantalones rectos, vaqueros y unas All Star blancas.
Llamaremos a ése chico Julio.

Como la clase simplemente era para conocer al profesor, presentarse, y demás procedimientos cordiales para aparentar que todos somos felices y lo seguiremos siendo todo el curso, me dediqué a estar en tuenti desde el móvil.
El chico que estaba a mi lado, Julio, intentó darme conversación, sin lograr demasiado.

El resto de la hora y la siguiente hora pasó rápida, dentro de lo que cabe. A la hora del recreo, todos salieron fuera de clase excepto yo, que me quedé escuchando música y fumando maría, cortesía de Leo.
Me quedé absorto mirando la pantantalla del móvil. Me quedé medio adormilado, y empecé a soñar despierto, hasta que ví unas piernas posadas en la silla del al lado mía. No sé por qué pensé que era Hubert, y levanté la mirada casi sin creerlo.

Obviamente no era él. Era Julio. Le dije que qué hacía ahí sin decir nada, que me molestaba y que se fuera. Él me contestó que no quería, que quería hablar conmigo ya que era su compañero de mesa. Yo pensé que lo hacía por llevarme la contraria, por joderme un rato, no sé.
De todas formas, como me aburrí de la música, accedí a hablar con él. "Total, no voy a perder nada." pensé. Hablamos de todo un poco. De amigos, de por dónde salíamos, de música, cine... trivialidades. Tras esos inocentes temas de conversación, empezamos a hablar del tema del que evitaba hablar; las relaciones.

Como me temía, acabé llorando. Seguramente por los porros, que me pusieron algo sensible.
Julio me abrazó. Me molestó, y le aparté de mí. Le dije "¿Qué haces?" y me respondió "Eres mono, si no fueras tan raro y estuvieses tan jodidamente loco me gustarías."
Yo sólo pude contestarle riéndome. No diré que eso no fué una pequeña inyección de autoestima para mí, pero no me gustó del todo.

¿Será por eso por lo que me hablaba con tanto interés? Creo que se confirma mi teoría de que una vez me conocen, dejo de parecer atractivo para las personas. Fuí totalmente sincero con ese chico, y no entiendo del todo a qué vino eso. Ni, ahora que lo pienso, si me lo he tomado debidamente. Puede que no fuese un cumplido. Aunque si no fué un cumplido, si le caí mal, no me habría agregado a Tuenti, supongo, y no me habría hablado tan fervorosamente... no sé.

Hoy no estoy actualizando como es debido. La razón es porque no paran de molestarme por tuentichat.
¿Por qué vienen todos a contarme a mí sus problemas? ¿Desde cuando he trasmitido la suficiente confianza hacia ciertas personas para que me cuenten su vida? Yo no lo voy haciendo, yo no voy contando mi vida a todo el mundo. No me gusta. No me gusta ser molesto. No me gsuta que la gente sienta lo que yo estoy sintiendo ahora mismo. Me resultan pesados.
No puedo ayudarles, ni tengo intención de hacerlo. Puede sonar cruel, pero es lo que se me pasa por la cabeza cuando algún ser de estos, con los que habré mantenido una o ninguna conversación medianamente decente en toda mi vida, se me acerca a decirme lo triste que es su vida. ¿Problemas? ¡Vosotros no teneis ni pajolera idea de lo que es tener problemas! Y no quiero decir con ello que yo los tenga, lo mío son delirios de un adolescente cualquiera. Mal de amores, disputas paternas, peleas con los amigos, pequeños complejos... nada que una persona normal no tenga. Y por tener cuatro putas rayadas no voy contandoselo al primer noctámbulo que vea conectado al chat. Sólo lo cuento cuando alguien se siente especialmente interesado en ello, y tampoco. Según la persona que sea.

Prefiero escribirlo aquí, en el único sitio en el que puedo ser totalmente sincero sin ningún tipo de represalias. En mi espacio personal. Aquí estoy a salvo de las personas.
Aquí no me lee nadie que conozca, puesto que Marjory dejó de leerlo porque no le hacía bien, y nadie más de mi entorno más intimo conoce mi blog.

En el momento en el que vea que alguien más sabe de la existencia de éste, lo borraré y supongo que me crearé uno nuevo. Pero mientras, me queda mucho aquí.

Cada vez odio más pensar esto pero echo de menos a Hubert. Quiero verle, pero a la vez no. Maldita sea...

Buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario