miércoles, 20 de octubre de 2010

Madrugada del 20 de Octubre.

No sé a quién pretendo engañar. Quiero a Hubert, y le quiero muchísimo. Por mucha gente con la que yo me acueste, no me lo quito de la cabeza. No aguanto más, y no sé cómo parar esta maldita sensación de vacío. Le necesito a él.
Llevo semanas ignorando mis pensamientos, pero he llegado a un punto en el que no puedo más. He explotado. No puedo negar que le quiero, y que le echo de menos más que a nada en el mund. Sus abrazos, sus besos, sus sms, nuestros piques tontos, me invaden esos malditos recuerdos, y no puedo quitarmelos de la cabeza. Quiero aparentar ser fuerte, pero no, todos tenemos nuestros límites, y mi límite es Hubert.

Daría lo que no tengo por recuperar todo eso, pero ya es demasiado tarde. Hasta dudo que a estas alturas yo pueda ocupar un remoto lugar en sus pensamientos. Y me duele, me duele como si miles de lanzas me atravesasen cada milímetro de mi cuerpo, y yo no pudiese hacer nada para detenerlas.

Ahora mismo me arrepiento tantísimo de mi comportamiento de éstas últimas semanas... pero no se me ocurrió otra cosa para aparentar estar bien, para engañarme a mí mismo. Tan bien que llegó un momento en el que yo mismo me lo creí. Pero no, no iba a durar para siempre. Por muchos chicos con los que yo flirtee, aunque me acueste mil veces con Leo, y con Julio, no me lo consigo quitar de encima. No sale, está ahí, clavado dentro de mí. Y le odio, le odio tantísimo... por hacer que esté así. Le odio tanto por quererle, que su simple presencia me hace estremecerme, y derrumbarme, como ahora.
Porque no es sólo su presencia física lo que me deprime. Me deprime tener que aceptar que aún le quiero, y que le seguiré queriendo pasadas y pasadas las semanas. Es como una victoria para él. Es como un "¡hey! has perdido, ¡tú me sigues queriendo y yo a tí no!

Me odio. La verdad es que me creía más fuerte de moral, pero no. Un ser de 16 años con el cual llevo más de un mes o casi sin mediar palabra ocupa el 90% de mis pensamientos. Y esque, aún sigo preocupandome por él. Saber que está bien, que es feliz...

A la mierda todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario